El Govern de Armengol no ha alquilado ni un solo piso de los 56 que expropió hace año y medio

El Govern de la socialista Francina Armengol se convierte en un gran tenedor de viviendas vacías que mantiene cerradas a cal y canto año y medio después de anunciar a bombo y platillo la expropiación de 56 pisos. No ha cedido su uso a ningún inquilino pese a que hay en torno a 10.000 familias en Baleares en lista de espera para lograr una vivienda social.

Un fracaso en toda regla del conseller de Vivienda, Josep Marí, candidato socialista al Consell de Ibiza para las elecciones de mayo próximo, que pone en evidencia su escueto bagaje en materia de gestión al frente de una de las consellerias capitales del Govern.

Tras expulsar a los residentes del mercado inmobiliario de compra y venta por las restricciones y desclasificaciones de suelo que han disparado los precios de la vivienda en Baleares, con las ayudas al alquiler de 2021 estancadas y el 80% de ciudadanos esperando su abono por un Govern que en ocho años no construirá ni la tercera parte de las 1.800 VPO que prometió, Ribas tiene cerradas y sin alquilar las viviendas expropiadas por el Ejecutivo autonómico el año pasado.

Este particular cuento de la lechera de la presidenta Armengol empezó hace tres años con la aprobación del decreto ley que regula la expropiación temporal de pisos de grandes tenedores para destinarlos a alquiler social durante siete años.

Para ello la Conselleria de Vivienda elaboró un primer listado de 1.038 viviendas, que podrían ser objeto de expropiación en diciembre de 2020. En marzo del año pasado, el Ejecutivo balear anunció la apertura del expediente a 56 de esos pisos, y en diciembre se quedaron en apenas 16: ocho en Menorca, cinco en Ibiza y tres en Mallorca.

A día de hoy ninguno de ellos ha sido alquilado, por increíble que parezca, achacando oficialmente el Govern este retraso, en un primer momento, a la necesidad de realizar reformas y obras de rehabilitación por el mal estado de estos inmuebles.

Pero siguen pasando los meses y las viviendas siguen sin ser entregadas, y no hay constancia tampoco de que se les haya notificado a los interesados la cesión de las mismas. «Mucho vender anuncios y humo, pero la realidad a día de hoy es la que es», apunta el diputado popular Lluís Camps.

«Se ha gastado un montón de dinero público, más la inseguridad jurídica que ha sembrado Armengol en el sector inmobiliario en Baleares logrando menos circulación de viviendas. Sabemos cómo se han disparado los precios de venta y alquiler, y mucho tiene que ver en esta situación estas decisiones erróneas y arbitrarias de los socialistas que son los que llevan la Conselleria de Vivienda».

Para desesperación de los miles de interesados en su alquiler, el Govern balear ha ido anunciando su inminente adjudicación a menores de 35 años en diferentes ocasiones. De hecho, en estos momentos, se apunta a este otoño cuando la presidenta Armengol podría hacerse la foto en la entrega de llaves de estos pisos expropiados.

Unas viviendas por las que el Ejecutivo autonómico paga a sus propietarios un 40% menos respecto a los precios de mercado en Baleares, con una media de 391 euros mensuales por inmueble.